jueves, 17 de diciembre de 2009

El tribunal dio lectura a las acusaciones contra el ex canciller Montes, "el hombre de atrás"

El abogado (e hijo) del represor Julio César Coronel pidió hoy al TOF Nº 5 la suspensión del proceso por delitos cometidos en la megacausa ESMA alegando que "el tribunal no se encuentra conformado de forma adecuada" y recusando a los jueces Oscar Alberto Hergott y a Ricardo Luis Farías "por parcialidad". El magistrado Daniel Obligado, presidente del cuerpo, desestimó la solicitud. “Para eso está la etapa de cuestiones preliminares”, subrayó.
Así, la causa sigue avanzando con el repaso del sinnúmero de elementos probatorios consignados en la fase de instrucción. Hoy, con 17 acusados en la sala, fue el turno del vicealmirante y ex canciller de la dictadura Oscar Montes. Se relataron los crímenes y tropelías perpetrados por Montes al mando del grupo de tareas de la Armada, muchos detallados en la causa contra los ex comandantes.
Hedor, picana, llantos y quejidos, esto se sentía adentro de la ESMA. Uno tras otro, los testimonios recogidos en los primeros ochenta por la Conadep pintaron el infierno que se padecía allí. Traslados de prisioneros de un sótano a otro en baúles de autos sin identificación. Un balde para las necesidades fisiológicas de decenas de detenidos-desaparecidos. Dos vasos de mate cocido y dos pedazos de pan duro era la dieta diaria. Se narró el tormento de un preso engrillado y encapuchado al que además le adosaron una bala de cañón de 25 kilos como castigo por “no dar información”.
Inmutables, los acusados escuchan la lectura del secretario del TOF Nº 5 como si no se estuviera hablando de ellos. Uno le susurra al oído al que tiene al lado, otro se acomoda una pulserita roja, Astiz hojea El Proceso, de Franz Kafka, el libro que lleva consigo cuando no lleva Volver a matar, del filo-nazi y ex SIDE Juan Bautista “Tata” Yofre, mientras su hermana, en la bandeja superior, junto a los familiares de los represores, muestra en la falda la Breve historia de los argentinos de Félix Luna.
La lectura de los casos que involucran al canciller de la dictadura entre 1977 y 1978 continuó con el horror sufrido por Santiago Lennie, su mujer Nilva Berta Zucarino y la hija de ambos, Sandra, de 17 años, secuestrados de su casa en City Bell el 16 de enero de 1977 y conducidos a la ESMA donde se los torturó para obligarlos a proporcionar información. A Santiago y Nilva, incluso, los hicieron presenciar los tormentos contra Sandra, picaneada, desnuda, su padre gritando que por favor lo torturaran a él y su madre implorando que no le sacaran la capucha, que no podía ver semejante escena.
Como el caso de los Lennie, liberados bajo vigilancia el 9 de febrero de 1977, luego de perder todos sus bienes a manos de los represores –casa, vajilla, electrodomésticos, el Dodge Polara de la familia en el cual fueron trasladados a la ESMA–, la lectura siguió con otros legajos repletos de testimonios en contra de Montes y del resto de los miembros de la patota de la Marina.
Ya en el tramo referido a la calificación legal de los crímenes atribuidos a los imputados, se citó el caso de Adolf Eichmann, “el hombre de atrás”, es decir quien tiene el dominio del hecho sin ser su ejecutor. El ex vicealmirante Montes, a simple vista un anciano debilitado que llega a la sala en silla de ruedas (según su hija María Alejandra Montes "padece artrosis avanzada"), fue también ese hombre de atrás.

lunes, 14 de diciembre de 2009

La mujer de un represor reveló la persecución fotográfica contra testigos y sobrevivientes

“Un grupo de abogados van a los juicios, identifican a los testigos con fotos y toman apuntes de sus testimonios”, dijo Ana Barreiro, esposa del ex mayor del Ejército Ernesto Barreiro.
En la sala del TOF Nº 5, donde presenció la primera audiencia del juicio ESMA junto con familiares y allegados de otros represores, la mujer sentenció: “La traición a la patria se paga con la muerte”.
Esposas, hermanas –la de Alfredo Astiz, por ejemplo– e hijas, saludaron cuando los imputados ingresaron a la sala y sus comentarios giraron sobre las vestimentas y la actitud de los imputados.
“Siento orgullo de un padre como él”, manifestó María Alejandra Montes Howard, hija del contralmirante Oscar Antonio Montes. Comenzada la audiencia, Astiz sonreía. “Alfredo está ‘re informal’ –dijo Cecilia Pando–. Le importa un carajo”. “¿Esos son los querellantes? ¿No son unos payasos?”, preguntó en voz alta.
Concluida la jornada y antes de retirarse de la sala, Astiz mostró en alto el libro Volver a matar de Juan Bautista Yofre a los familiares de las víctimas, el libro de cabecera del actual ministro de Educación porteño, Abel Posse, el mismo libro que un par de horas antes aconsejaba leer la mujer de Barreiro.

viernes, 11 de diciembre de 2009

Día histórico: arrancó el juicio oral por las desapariciones y torturas en la ESMA

Mientras el secretario del Tribunal Oral Federal Nº 5 (TOF 5) de la Capital Federal leía ante una sala colmada las acusaciones que pesan sobre el ex capitán de corbeta Adolfo Donda Tigel, afuera, en la puerta de Comodoro Py, agrupaciones de derechos humanos realizaban un acto en lo que representó un día histórico para su reclamo de verdad y justicia.
“Nunca imaginamos este momento”, dijo desde el escenario la sobreviviente de la ESMA Graciela “Vicky” Daleo, “y llegamos acá porque nunca abandonamos la lucha”, agregó.
El legislador porteño Julio Piumato, líder de los trabajadores judiciales, destacó la labor del juez de instrucción de la causa, Daniel Rafecas, criticó el retraso para llegar a las instancias orales y subrayó que “falta todavía juzgar a los responsables civiles de la dictadura como el ex ministro de Economía Martínez de Hoz”.
Adentro de los tribunales, en tanto, continuaba la acusación contra Donda Tigel, entregador de la nieta restituida Victoria Donda Pérez, hoy detenido en la comodidad de la base naval de Río Santiago.
Nacido en Diamante, provincia de Entre Ríos, Donda Tigel fue posiblemente el autor material del asesinato de su propio hermano –y padre de Victoria–; fue un miembro de alto rango del “GT33”, tal el nombre del grupo de tareas de la ESMA; secuestrador y torturador del sobreviviente Víctor Basterra, y uno de los represores que intervino en el intento de secuestro en México de Jaime Dri, historia llevada al non-fiction por el periodista Miguel Bonasso en su libro Recuerdos de la muerte.
La lectura de los requerimientos de elevación a juicio, que continuará la próxima semana, abundó en detalles sobre el funcionamiento de la ESMA, la descripción de cada uno de sus espacios y quiénes los utilizaban.
La “huevera” era la pieza donde por la noche se interrogaba y se picaneaba a los detenidos. La “capucha”, justo antes del techo, hacía las veces de celda, extremo calor en verano, frío insoportable en invierno.
La “avenida de la felicidad” –el pasillo en el que las 24 horas había luz de fluorescentes– era el sitio donde los prisioneros aguardaban para ser sometidos a tormentos inimaginables: “submarino”, violación, quemaduras con cigarrillos en los genitales, fracturas, y todo esto “supervisado” por médicos de la Armada que indicaban a los verdugos con qué intensidad podían seguir torturando. En el pasillo estaba el tocadiscos que se activaba al máximo volumen en situaciones de tortura.
Al inicio de la audiencia de hoy, los acusados presentes se mostraron displicentes, aunque la buena cara se les borró durante los 15 minutos en que el tribunal –en cumplimiento de lo resuelto por la Corte Suprema de Justicia en lo que se refiere a la difusión de los juicios– permitió a la prensa nacional y extranjera tomar imágenes de ellos.
Alfredo Astiz fue quien acaparó más flashes y todo el tiempo trató de que se viera la tapa de un libro que llevó consigo: Volver a matar, cuyo autor es el siniestro ex jefe de la SIDE en el gobierno menemista Juan Bautista “Tata” Yofre.
Por “problemas de salud” no asistieron a la audiencia otros tres acusados: los marinos Néstor Omar “Norberto” Savio y Alberto Eduardo “Gato” González, más el penitenciario Carlos Orlando “Fragote” Generoso. El TOF 5 dispuso con “carácter urgente” que una misión del Cuerpo Médico Forense se traslade al Hospital Naval y revise a González, mientras las querellas pidieron que se les permita designar para esos estudios a peritos médicos de parte, para que no haya posibilidades de que se repita un caso como el del ex prefecto Héctor Febrés, envenenado con una alta dosis de cianuro en su celda de la base de Prefectura Naval Argentina de Tigre cuatro días antes de recibir su condena por más de 300 desapariciones y torturas.
“Este juicio no es un techo”, coincidían afuera, en la entrada de los tribunales, los familiares de desaparecidos, “ahora vamos por más”, repetían. Adentro, en la sala, el secretario del juzgado Mariano Carccioni, seguía con la larga lista de crímenes cometidos por Donda Tigel, quien debió ingresar a la sala esposado junto a los otros 15 represores que comparecieron esta mañana.
Su sobrina Victoria, hoy libre gracias a la búsqueda de Abuelas de Plaza de Mayo, fue una de las participantes del acto que se realizó en la puerta de Comodoro Py, donde además recibió el afecto y el cariño de sus de sus compañeros del Movimiento Libres del Sur y de todos los militantes por los derechos humanos que se dieron cita allí.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Comienza el juicio a 19 represores de la ESMA por crímenes de lesa humanidad

(Fuente: Télam)
Además del “Ángel de la muerte”, Alfredo Astiz, ocuparán desde el viernes el banquillo de los acusados del TOF 5, Alfredo Donda Tigel y Jorge “Tigre” Acosta, jefe de inteligencia del grupo de tareas 3.3.2, y hasta un ex canciller, el almirante Oscar Montes.
Astiz deberá responder por los asesinatos de Azucena Villaflor y Rodolfo Walsh, entre otros. Por su parte, Adolfo Donda Tigel está imputado por el secuestro de su propio hermano y la apropiación de una de sus hijas, Victoria Donda.
Eduardo Massera, ex jefe de la Marina y cabeza de la estructura que funcionó en el Casino de Oficiales de la ESMA, logró eludir del juicio luego de que la justicia argentina considerara acreditada su actual insania mental.
El tribunal prevé que el proceso durará entre seis y siete meses durante los cuales declararán 280 testigos, muchos de ellos sobrevivientes. Las atrocidades de la ESMA, que además de tormentos seriales y "vuelos de la muerte" incluyeron un depósito para los bienes robados en los operativos, ya había comenzado a ventilarse en el histórico juicio a los comandantes de 1985, pero las leyes de Obediencia Debida y Punto Final sancionadas en 1987 bajo presión militar frenaron los juicios.
A partir del 2003, el juez federal Sergio Torres reorganizó los expedientes, terminó los sumarios y comenzó a elevarlas a juicio oral por grupos de testimonios, por lo que estima que habrá por lo menos dos juicios más.
Este será el segundo juicio por la ESMA, ya que el primero fue el que se realizó contra el jefe de la maternidad del centro clandestino, el prefecto Héctor Febrés, quien murió en su celda de la Prefectura del Tigre con una dosis de cianuro horas antes de recibir sentencia, en diciembre del 2007.
Lo había juzgado el mismo que ahora exhibirá su nueva composición, ya sin el juez Guillermo Gordo y reemplazado por Oscar Hergott y se sumará a los "veteranos" Daniel Obligado y Ricardo Farías que, entre otros, condenaron a perpetuidad al ex subjefe del Primer Cuerpo de Ejército, Jorge Olivera Róvere.
El juicio despierta una enorme expectativa incluso internacional, ya que varios de los imputados, como Astiz, han sido juzgados en ausencia por la desaparición de sus connacionales en Francia, España e Italia, además de haber sido requerido por el estado sueco por el asesinato de la joven de esa nacionalidad Dagmar Hagelin.
Este proceso se suma a las otras dos megacausas que se encuentran en su fase oral, la iniciada el mes pasado en el Tribunal de San Martín por los crímenes de lesa humanidad en Campo de Mayo, y la que comenzó hace menos de un mes por los delitos del circuito represivo conocido como Atlético-Banco-Olimpo (ABO).